| Article number: | SP-D-1018p |
Dos de los versos más incomprendidos y controvertidos de la Biblia se clarifican en este folleto, y se proporciona evidencia irrefutable de que las mujeres han ministrado como profetas, predicadores y maestros desde los días del Antiguo Testamento y durante los días de la iglesia primitiva. Las mujeres todavía están ministrando efectivamente, hoy, ganando almas para Jesús.
Jesús, así como los reyes del Antiguo Testamento y los apóstoles del Nuevo Testamento, reconocieron los ministerios de mujeres. Jesús exhibió un comportamiento totalmente imparcial, imparcial, equitativo y justo hacia TODAS las personas.
Bajo el Pacto de la Misericordia y la Gracia del Nuevo Testamento, el apóstol Pablo dijo: “No hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer; porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús.
Es el prejuicio del hombre lo que le impide reconocer voluntariamente los hechos de la Verdad que el ministerio del Evangelio incluye tanto a predicadores masculinos como femeninos.